jueves, 19 de noviembre de 2015

La tentación.

Así pues, y como el bien sabía, lo bueno nunca dura. Todo se volvió en su contra en un abrir y cerrar de ojos. Nada salía como esperaba. Nada salía bien. Todo se volvía contra él. Cuando por fin creía haber alcanzado la felicidad plena que tanto había ansiado, la felicidad que tanto había buscado, todo se desmoronó. Los fantasmas del pasado aparecieron en su vida y ocuparon su mente. No podía mirar a ningún lado sin recordar lo que había sido, lo que había logrado, a quién había amado. Y así la luz se revelaba en su oscuro corazón. Ya no quería seguir oculta, si no que quería brotar e iluminar el camino como nunca antes lo había hecho. Y nuestra alma quería dejarla salir, pero aún no había terminado todo lo que había planeado, y por consecuencia no podía dejarla escapar. Aún no, pues quedaban cabos sueltos, y no podía volver a ser el que antes era por un simple capricho del corazón.

Eso era lo que nuestra alma pensaba. Eso era lo que la oscuridad quería hacerle creer.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Una batalla perdida

¿Qué mejor forma de ocultar la potente luz que siempre ha reinado en su corazón, que con las mismas sombras que ésta crea? Así pues, y como reza el dicho, "si no puedes con tus enemigos, únete a ellos". Pero no se unió de forma definitiva, si no que descubrió que la mejor forma de aplacar los dolores de su propia alma y a su vez vencer a esa oscuridad que reinaba a su al rededor, era actuar como ella, pero de forma que solo la oscuridad fuese la perjudicada. De este modo, nuestra alma siempre saldría beneficiada, pero aquellas almas impuras y plagadas de sombras no, y por ello, las inocentes almas, aquellas que únicamente poseen luz en su corazón, o que sus sombras son minúsculas, saldrían ilesas de cualquier acto oscuro y podrían disfrutar de su vida sin los problemas a los que nuestra alma tuvo que enfrentarse en el pasado, y que por consecuencia se volverían contra él en el futuro. 

-"Mi historia no es sino una de miles. El mundo no sufrirá porque acabe prematuramente."

jueves, 5 de noviembre de 2015

Una luz en la oscuridad.

Pero a él no le importó. Trató de actuar como el resto: siendo una persona despreciable con respecto a los valores que antaño guiaban su corazón. Pero ni con esas lograba cambiar un ápice sus sentimientos, pues el hacer daño a las personas no le gratificaba de ningún modo, y lo único que obtenía a cambio era el abandono de aquellos que le habían acompañado en los peores momentos. Por eso decidió crear su propio credo, su propio modo de pensar, y decidió que la felicidad solo se obtenía de forma que obtuviese aquello que ansiaba... pero sin perjudicar a cualquier otra alma que se acercase, y así, de esta forma, nadie podría decirle que lo que hace está mal, ni el pequeño atisbo de luz que aún residía en su corazón podía resplandecer lo suficiente para mostrarle de nuevo la conciencia que había ocultado en lo más profundo de su ser. Lo que tampoco sabía nuestra alma, era que de este modo, solo lograba extinguir ese minúsculo atisbo de luz. Pero... ¿acaso se puede llegar a extinguir del todo la luz de la oscuridad? Y esto, queridos lectores, es lo que realmente ocurría con nuestra alma: a pesar de creer estar apagando esa luz, solo lograba que se acrecentase, pero no de la forma que creemos...

- "Nada es verdad. Todo está permitido."

lunes, 2 de noviembre de 2015

La ruptura

Pero nada funcionaba. Nuestra alma no sabía que hacer para lograr ser feliz en esta vida. Si poseía luz, se aprovechaban de él, y si se dejaba llevar por la oscuridad... Bueno, esta le consumía hasta apagar por completo la poca luz que habitase en su corazón. El problema radica, en que la oscuridad nunca podía consumirle por completo, pues su alma le obligaba a ceder ante la luz y no permitir el consumo completo de la oscuridad. Esto, que a pocos parece ocurrirle, no hacía más que producirle un fuerte dolor emocional que acabaría por destruirle por completo, haciendo que tanto su mente como su alma, se fragmentasen en tantos pedazos que ni él mismo fuese capaz de reconstruirse a si mismo, y mucho menos los demás. Y es que al final, nuestra alma andaba envuelta en una constante oscuridad, donde el camino es iluminado por fugaces destellos, ajenos a su oscuro corazón.