jueves, 5 de noviembre de 2015

Una luz en la oscuridad.

Pero a él no le importó. Trató de actuar como el resto: siendo una persona despreciable con respecto a los valores que antaño guiaban su corazón. Pero ni con esas lograba cambiar un ápice sus sentimientos, pues el hacer daño a las personas no le gratificaba de ningún modo, y lo único que obtenía a cambio era el abandono de aquellos que le habían acompañado en los peores momentos. Por eso decidió crear su propio credo, su propio modo de pensar, y decidió que la felicidad solo se obtenía de forma que obtuviese aquello que ansiaba... pero sin perjudicar a cualquier otra alma que se acercase, y así, de esta forma, nadie podría decirle que lo que hace está mal, ni el pequeño atisbo de luz que aún residía en su corazón podía resplandecer lo suficiente para mostrarle de nuevo la conciencia que había ocultado en lo más profundo de su ser. Lo que tampoco sabía nuestra alma, era que de este modo, solo lograba extinguir ese minúsculo atisbo de luz. Pero... ¿acaso se puede llegar a extinguir del todo la luz de la oscuridad? Y esto, queridos lectores, es lo que realmente ocurría con nuestra alma: a pesar de creer estar apagando esa luz, solo lograba que se acrecentase, pero no de la forma que creemos...

- "Nada es verdad. Todo está permitido."

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